Los Amigos
Sofía, una mujer colombiana de actitud cálida, recibió la inesperada visita de su amigo de toda la vida, Alejandro. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron, y ambos estaban emocionados por ponerse al día. Alejandro le contó sus aventuras viajando por diferentes países, compartiendo anécdotas divertidas y emocionantes mientras las horas volaban. La tarde se convirtió rápidamente en noche, y la conversación entre risas y recuerdos creó una atmósfera de cercanía que ambos habían extrañado.
Al caer la noche, Sofía, sin querer que la visita terminara, le ofreció a Alejandro quedarse a dormir en su casa. Él aceptó con gusto, y sin pensarlo mucho, se acomodaron juntos en la habitación de ella. Al principio, todo parecía natural, ya que su amistad siempre había sido cercana, pero algo había cambiado en el aire. Al acostarse juntos en la cama, abrazados de manera aparentemente inocente, comenzaron a sentirse más conscientes del calor de sus cuerpos y la intimidad del momento.
Conforme avanzaba la noche, la tensión sensual creció de manera sutil pero inevitable. Lo que había empezado como un gesto amistoso, el abrazo, ahora se cargaba de una atracción latente que ambos intentaban ignorar sin éxito. La proximidad hicieron que, sin decir una palabra, el deseo tomara el control. Finalmente, incapaces de resistir la creciente conexión al notar que él tenia una evidente erección, ella muy curiosa y coqueta lo hizo quitarse el bóxer para verle el hinchado miembro y terminar chupándolo.